Donde las águilas se atreven.

Esta será una parada para atrevidos. Para osados y valientes. En el fútbol de hoy, pocos pueden darse el permiso de confiar. De creer que es posible concretar un sueño, frente a una adversidad, sin poder contar en el campo de batalla con su familia, su gente, con el fiel pueblo pincharrata.

El “clásico” platense número 147 del profesionalismo tendrá lugar este miércoles, con una característica particular: No habrá público pincharrata en el estadio. Nuestro equipo sabe de estos contratiempos, ya lo ha demostrado en el recordado partido por copa Libertadores ante Nacional en Uruguay. A los leones de Sabella no se les caerán las medias por esta situación. Nosotros no estaremos en el estadio, pero estaremos. No podemos estar ausentes de esta oportunidad. Alli estarán nuestros espíritus, nuestros corazones, nuestras gargantas.

Si realizamos un pantallazo frío podemos decir que tenemos muchísimos argumentos para soñar con un triunfo. Contamos con una defensa de las más sólidas del torneo local, uno de los mejores mediocampos del mundo, al goleador de la Copa Libertadores y al mejor jugador del continente. Del otro lado hay un grupo de futbolistas que sigue sin rumbo, con un técnico nuevo que no ha logrado aún cambiarles el temple, últimos en la tabla de promedios, con una sequía de goles alarmante y sin jugadores desequilibrantes. Ambos caminan por caminos totalmente diferentes y están en la búsqueda de metas que no se parecen en nada.

Sin embargo, sabemos que en este tipo de encuentros estas diferencias suelen quedar al margen, esto es fútbol y mientras la pelota siga redonda todo puede suceder. Los gélidos intentarán echar mano a su perdido orgullo porque tienen la obligación de no pasar vergüenza ante su gente.

Estudiantes tendrá una cita con su historia y con su destino. Este tipo de partidos se gana con la cabeza primero. Y tengo plena confianza en la mentalidad de nuestros jugadores y del cuerpo técnico. Tenemos chapa para soñar. Tenemos mística. La mística no es una fantasía, no es una ficción, no es algo inexplicable… se trata de 40 años de jugar a lo grande cuanto más grande y difícil es la parada.

Hay campeones y equipos grandes. Campeones que cuentan copas, y grandes que cuentan monedas. Somos grandes de verdad, Campeones de verdad, Leones de verdad. Del otro lado, no conocen estas sensaciones. Los rivales tendrán que volver a ver algunas caras legendarias, con las que han tenido sus peores pesadillas. No puedo dejar de lamentar que falten Caldera y el Flaco, pero tampoco dejo de confiar en los que están. Estos hombres tienen un objetivo claro: nunca aburrirse de ganarle al rival de la ciudad. Y de eso se trata, de no relajarse. Porque para seguir demostrando en los números quién es el progenitor, porque a pesar las copas en las vitrinas, los títulos, porque pese a la virginidad del contrario, y sus copas solamente en los naipes, hay que jugar siempre como si no hubiera un mañana. Hay que seguir demostrando quién manda en La Plata.

Sea lo que sea, ellos seguirán inventando excusas insólitas, seguirán alimentando nuestra diversión, seguirán babeándose por todo lo que hemos conseguido. Nosotros seguiremos atreviéndonos a desafiar el destino.. atreviéndonos a ilusionarnos donde sólo las águilas se atreven…


Leongieco.

muy bueno, de verdad.
Y me siguen gustando los títulos

Manchester escribió:muy bueno, de verdad.
Y me siguen gustando los títulos

jaajja gracias, son guiños para aquellos que como yo, gustan del rock nacional.